La industria blockchain y la comunidad cripto han seguido un camino largo y sinuoso para reparar su reputación y encontrar nuevamente su base en tierra firme. Pero todavía le queda un largo camino por recorrer. 📉

El año pasado y especialmente los últimos cuatro meses han demostrado que los proyectos dignos pueden sacudir gradualmente la imagen de la industria como jóvenes intervencionistas en tecnología y finanzas. Ahora hay señales que apuntan a un mercado alcista en toda regla, y varios factores clave para este período de resurgimiento de la prosperidad de blockchain se están volviendo evidentes. El más importante de ellos es que instituciones del mundo financiero tradicional están entrando en el ámbito blockchain.

Las aprobaciones de ETF al contado de Bitcoin por parte de la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. a principios de año permitieron a los gigantes financieros tradicionales tomar medidas más concretas para ofrecer servicios criptográficos e instrumentos de inversión a sus clientes. Esto desencadenó un mayor interés institucional.

Los proyectos blockchain tienen reglas más específicas para garantizar que su desarrollo no sea ilegal que hace un año, cuando las regulaciones y leyes sobre las criptomonedas en todo el mundo eran menos claras que hoy. Además, la claridad regulatoria abre la puerta para que las instituciones tradicionales participen sabiendo que no están adoptando la industria de la paria.

Los proyectos blockchain centrados en el uso empresarial y corporativo están ganando popularidad. Por ejemplo, Ripple se ha destacado durante mucho tiempo como la red y el protocolo preferidos, especialmente para uso corporativo. Pero ahora, empresas emergentes como Coreum están llevando esta colaboración a nivel empresarial un paso más allá al crear un puente desde XRP Ledger de Ripple a su propia red.

Aún se debate cómo las instituciones abordarán la adopción de blockchain. Sin embargo, los proyectos de blockchain han ganado aceptación institucional al tomarse un tiempo fuera del centro de atención para volver a desarrollar sus tecnologías para brindar servicios en áreas críticas.

Ahora existe el deber de mantener un impulso positivo entre proyectos e instituciones.

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