Las instituciones y los políticos han criticado con frecuencia al presidente de El Salvador, Nayib Bukele, promotor inconformista de Bitcoin, por su manejo de las finanzas de su país.


Pero las cosas pueden estar dando resultados para el excéntrico líder de la pequeña nación centroamericana: los bonos del país están en auge.


Los datos de Bloomberg muestran que los bonos se recuperaron después de que el país pidió a los tenedores de nueve transacciones denominadas en dólares que ofrecieran sus notas. En pocas palabras, el gobierno presentó una oferta para recomprarlas a los inversores a cambio de efectivo, una de las formas en que los países pueden reestructurar la deuda.


El Salvador dijo en un comunicado el viernes que emitiría nuevos bonos como “parte de una transacción de refinanciamiento para lograr ahorros y promover ciertos esfuerzos de conservación y sostenibilidad”.



El país fue criticado anteriormente por la forma en que manejaba sus finanzas, pero los inversionistas ahora están poniendo sus ojos en la nación otrora oscura en busca de oportunidades de inversión.


James Bosworth, fundador de la firma de análisis de riesgo político Hxagon, dijo a Decrypt que los bonos de El Salvador son atractivos debido a sus altos rendimientos potenciales.


“El Salvador es una inversión riesgosa, pero es de alto riesgo y alta recompensa, y a los inversionistas les gusta lo que pueden ganar con el riesgo”, dijo.



“Muchos inversionistas están convencidos de que Bukele tiene los fondos para pagar la deuda y la popularidad para impulsar los presupuestos necesarios en el Congreso para garantizar que la estabilidad financiera del país se mantenga sólida”.


Bosworth agregó que el Fondo Monetario Internacional tiene problemas con El Salvador por su “falta de transparencia y gestión profesional de su presupuesto, siendo su política sobre Bitcoin un punto de evidencia principal”.


Bukele es polémico en parte por su apuesta por el bitcóin. En 2021, el líder millennial convirtió el bitcóin en moneda de curso legal en el país, junto con el dólar. Los comercios también tienen que aceptar la moneda naranja si cuentan con los medios tecnológicos para hacerlo.



El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha sido uno de los críticos más acérrimos de la medida. La semana pasada, el organismo dijo que quería que el país limitara la exposición del sector público a la criptomoneda. El Salvador ha estado en conversaciones con el FMI durante años para tratar de obtener una subvención para mejorar el crecimiento en el país pobre.


¿Podría Bukele realmente estar haciendo las cosas bien?