Nos encontramos en un momento crucial de la historia, donde el acto de compartir un simple mem€ o expresar una opinión puede convertirte en un criminal.
La censura se disfraza de protección, y aquellos en el poder buscan moldear el discurso a su conveniencia, silenciando cualquier voz que desafíe su narrativa.
Pero pensemos un momento: ¿Estamos dispuestos a sacrificar nuestra libertad por una ilusión de seguridad? ¿Aceptaremos que nos digan qué es aceptable pensar, decir o compartir? Si hoy dejamos que el miedo nos controle, mañana no quedará rastro de la libertad que una vez valoramos.
No se trata solo de memes, se trata del principio más básico de nuestra humanidad: la libertad de ser, pensar y expresarse.
¿Estamos dispuestos a rendirnos tan fácilmente?
La historia ha demostrado que la censura nunca ha sido el camino hacia la justicia o el progreso, sino hacia la opresión.Es momento de reflexionar y actuar, antes de que sea demasiado tarde.