En una decisión que ha tenido repercusiones en el mundo financiero, Fitch Ratings ha rebajado la calificación crediticia de Israel de "A+" a "A". Esta decisión es consecuencia directa de la prolongada guerra en Gaza y de la escalada de tensiones geopolíticas en la región.

La degradación: análisis de las razones

El anuncio de Fitch señala varios factores clave detrás de la rebaja:

  • El persistente conflicto en Gaza

  • Riesgos geopolíticos crecientes

  • Múltiples operaciones militares

  • Tensión sobre las finanzas públicas de Israel

Estos elementos se han unido para crear una tormenta perfecta, socavando la confianza de los inversores y generando preocupaciones sobre la estabilidad económica de Israel.

Pronóstico económico: desafíos por delante

Las proyecciones de la agencia de calificación crediticia pintan un panorama desalentador para la economía de Israel:

  • Un déficit presupuestario proyectado del 7,8% del PIB en 2024

  • Se espera que los niveles de deuda a mediano plazo se sitúen por encima del 70% del PIB

Estas cifras ponen de relieve la tensión financiera que enfrenta el país. El conflicto en curso está pasando factura, con un aumento del gasto militar, daños a la infraestructura y perturbaciones de la actividad económica que contribuyen a la presión fiscal.

Panorama geopolítico: un polvorín

El análisis de Fitch no rehúye de abordar el contexto geopolítico más amplio. Las tensiones entre Israel e Irán, junto con sus aliados regionales, siguen en su punto álgido. Las recientes escaramuzas no han hecho más que acentuar las preocupaciones, con el potencial de erosionar aún más el perfil crediticio de Israel.

La agencia sugiere que el conflicto podría extenderse hasta 2025, con el riesgo siempre presente de extenderse a otros frentes. Este prolongado estado de incertidumbre proyecta una gran sombra sobre las perspectivas económicas de Israel.

Implicaciones económicas hasta 2024

Se espera que, a medida que el conflicto se prolongue, sus efectos económicos se agraven. Sectores clave como el turismo, la construcción (sobre todo en las regiones fronterizas) y diversas industrias de producción probablemente se enfrenten a importantes trastornos. La necesidad de mantener elevados gastos militares seguirá presionando al presupuesto nacional.

Fitch advierte que cualquier escalada o extensión de los conflictos podría provocar nuevas rebajas, poniendo de relieve la precaria posición en la que se encuentra Israel.

La rebaja de la calificación es un duro recordatorio del intrincado vínculo que existe entre la estabilidad geopolítica y la salud económica. Mientras Israel navega por estas aguas turbulentas, la comunidad financiera mundial estará observando de cerca, consciente de que los efectos de este conflicto se extienden mucho más allá de las fronteras de la región.

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