En un giro sorprendente, el grupo Estado Islámico (EI) ahora aboga por el uso de criptomonedas para apoyar sus actividades terroristas siempre que siga los principios de la ley Sharia, según reveló un nuevo informe.
La investigación, compilada por el Equipo de Monitoreo de Sanciones y Apoyo Analítico de la ONU, muestra que los asociados del EI exigen controles de cumplimiento de la Sharia para los activos digitales de los que dependen progresivamente para respaldar sus actividades.
Este es un cambio importante ya que la ley Sharia siempre se ha opuesto a las criptomonedas. El informe de la ONU enfatiza aún más las directrices exhaustivas que el EI ofrece a sus asociados sobre las transferencias de criptomonedas. Para permitir estas transacciones, el grupo terrorista incluso ha creado canales especializados en el servicio de mensajería Telegram, como CryptoHalal y Umma Crypto.
Cumplimiento de la Sharia con Blockchain
Desde hace mucho tiempo está en conflicto con las criptomonedas la ley Sharia, la ley religiosa que surge de las creencias islámicas. El carácter distribuido de los activos digitales y su uso desenfrenado para juegos y otras actividades ilícitas los han hecho incompatibles con los valores de la Sharia en el pasado.
Sin embargo, la evaluación de la ONU implica que el EI ahora está buscando compromisos para permitir que las criptomonedas cumplan mejor con la Sharia. Unas normas y un seguimiento más estrictos podrían ayudar a garantizar que el dinero no se utilice para actividades ilegales o para apoyar el terrorismo.
Ramificaciones para el sector criptográfico
El impulso del Estado Islámico para que las criptomonedas cumplan con la Sharia puede tener efectos importantes en todo el mercado de bitcoins. Podría surgir una mayor demanda de control y monitoreo adicional del ecosistema criptográfico si más grupos terroristas y otras entidades ilegales intentan utilizar activos digitales.
Es posible que se requieran políticas más estrictas de conocimiento de su cliente (KYC) y contra el lavado de dinero (AML) por parte de los intercambios, proveedores de billeteras y otros proveedores de servicios de criptomonedas para evitar que sus plataformas sean explotadas para financiar el terrorismo.
Esto podría generar mayores gastos de cumplimiento y tal vez restringir la disponibilidad de criptomonedas para los consumidores legales.
Un desarrollo preocupante
El alarmante crecimiento de la demanda del Estado Islámico de concesiones de la ley Sharia para las criptomonedas subraya los continuos intentos de los grupos terroristas de utilizar recursos digitales para sus nefastos propósitos.
Los reguladores, las fuerzas del orden y los actores de la industria serán especialmente importantes a medida que el sector criptográfico se desarrolle para ayudar a reducir los peligros resultantes de la financiación del terrorismo y otras actividades ilegales.
El estudio de la ONU nos recuerda la necesidad de preservar un entorno criptográfico fuerte y seguro, resistente al mal uso de los malos actores.