La semana pasada, un pequeño colectivo de arte en la Ciudad de México hizo algo radical.
No mintieron NFTs.
No lanzaron un token.
Usaron
Mitosis para demostrar que una verdad compartida puede sobrevivir incluso cuando todos tienen una razón para mentir.
Esto es lo que sucedió:
27 artistas colaboraron en un solo mural.
Cada uno pintó una sección.
Cada uno reclamó sus horas, materiales y aportes creativos.
En el pasado, estallaban disputas. ¿Quién hizo más? ¿Quién gastó más? ¿Quién recibe el crédito?
Esta vez, cada acción fue registrada en un contrato habilitado por Mitosis.