El día 2, el Departamento de Justicia de EE.UU. acusó a SBF de defraudar intencionalmente a los inversores para beneficio personal. La defensa argumentó que SBF era solo un joven empresario que tomó una decisión comercial fallida, negando que existiera un acuerdo secreto entre Alameda y FTX o una puerta trasera para robar fondos de los clientes.