El Banco Central Europeo (BCE) ha estado investigando la viabilidad de un euro digital desde octubre de 2021.
Este otoño los jefes de Estado de la UE tomarán la decisión de pasar a la fase de prueba.
La motivación para un euro digital surge de la preocupación de que la eurozona pueda quedar atrapada entre las grandes empresas tecnológicas estadounidenses y los sistemas de pago chinos, con la consiguiente falta de plataformas digitales.
El economista Guido Zimmermann dijo a CNBC que al BCE le "preocupa" que la eurozona acabe en "una posición sándwich geopolítica y económica" entre las grandes empresas tecnológicas de Estados Unidos y los sistemas de pago de China sin un euro digital.
Los funcionarios europeos están interesados en evitar una situación en la que los consumidores y las empresas de la región dependan de las grandes empresas tecnológicas estadounidenses para los pagos.
"El objetivo, creo que es una fijación para algunos, de garantizar la soberanía o el poder de la UE, es el principal impulsor del euro digital en Bruselas y en Frankfurt", dijo.
El concepto de soberanía es cada vez más importante en la UE, con tensiones geopolíticas en aumento en los últimos tiempos, en particular con la incursión de Rusia en Ucrania.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, también ha sido una firme defensora del euro digital.
Es "un proyecto europeo común" y "esencialmente serviría para objetivos de política pública más amplios, como el fortalecimiento de la autonomía estratégica de Europa", dijo.
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Imagen de martaposemuckel en Pixabay
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