Las imágenes, como las palabras, poseen capacidades sugestivas. Al surgir en la imaginación humana a través de un proceso en cadena multidimensional (palabras, acciones, otras imágenes, etc.), inician la siguiente cadena de procesos, lo que resulta en la creación de imágenes posteriores con encarnación verbal y objetal.
Dado que los ámbitos de las palabras, las imágenes y los signos están entrelazados, resulta bastante difícil separarlos unos de otros.
Muchas cosas de naturaleza puramente funcional están asociadas en nuestra mente con la autopercepción y las relaciones con los demás.
Por ejemplo, un automóvil a menudo se percibe no sólo como un medio de transporte sino también como un indicador del logro de una determinada etapa de la vida (edad adulta, tener una licencia de conducir) y un estatus material.
Un hogar no es sólo un lugar donde la gente duerme, sino también un símbolo de refugio del ajetreo y las dificultades del mundo, un "hogar".
Hay conexiones más específicas entre imágenes y sentimientos: la taza de la madre, el cinturón del padre, los pasteles de la abuela, etc.
«La esencia de la manipulación reside en la presencia de un doble impacto. Además del mensaje enviado abiertamente, el manipulador envía al destinatario una señal "codificada" oculta, con la esperanza de que esta señal despierte en la conciencia del destinatario las imágenes que necesita el manipulador.
Esta influencia oculta se basa en el "conocimiento implícito" que posee el receptor, en su capacidad para crear imágenes en su conciencia que influyen en sus sentimientos, opiniones y comportamiento.
El arte de la manipulación consiste en dejar fluir la imaginación en la dirección deseada pero de tal manera que la persona no note la influencia oculta."
En la conciencia de todos hay imágenes de palabras y conceptos, imágenes que vemos cuando alguien nos informa sobre algo.
En la comunicación interpersonal, la inconsistencia de estas imágenes a menudo conduce a conflictos, pero generalmente no se detecta durante la etapa de comunicación. Por ejemplo, una abuela le regala a su nieta un vestido moderno, confiando en que a la niña le gustará. La abuela juzga de acuerdo con su imagen de “a la moda”, mientras que la nieta se siente decepcionada y ofendida porque ese tipo de vestido pasó de moda antes de su nacimiento, pensando que su abuela no la ama si no se molestó en encontrarlo. averiguar lo que la nieta realmente quería.
La tarea de un manipulador profesional es asegurar que surja en la mente de los destinatarios precisamente la imagen de la realidad, las cosas, etc., que provocará la reacción deseada.
Por ejemplo, así es como funcionan las crónicas criminales, indicando el lugar de nacimiento y/o el origen étnico de los infractores de la ley.
Muchos periodistas y diputados señalan que enfatizar la nacionalidad de los delincuentes contribuye a incitar sentimientos xenófobos.
La principal herramienta para manipular la conciencia a través de imágenes en nuestro tiempo es la televisión, donde la combinación de texto e imagen es más efectiva.
