Hoy en día, parece que cada vez hay menos gente jugando en el círculo monetario. Esto no se debe a que el mercado en sí no sea bueno. La verdadera razón es que no hay ningún efecto de creación de riqueza y la gente no puede ver esperanza.

Y una vez que los precios de los imitadores se disparen más de diez veces en los próximos meses y el mercado se caliente, un gran número de inversores minoristas se apresurarán a tomar el control.

La mayoría de la gente cree porque lo ve; sólo unos pocos lo ven porque creen.