Todo lo que necesitas saber sobre las criptomonedas
El sector de las cripto ha vivido en los últimos meses un auténtico boom: empresas como Tesla anunciando la compra de BTC para diversificar su tesorería, grandes inversores como Paul Tudor Jones haciendo lo propio con su portafolio, y NFTs alcanzado precios astronómicos en casas de subastas de arte tradicionales como Christie’s.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que todos estos éxitos no son fruto de un día, sino de un largo camino: este año se cumplen 13 años desde la publicación del whitepaper de Bitcoin, un acontecimiento que representaría el nacimiento de una nueva forma de dinero digital completamente descentralizada, no permisionada y resistente a la censura.
La obra de Satoshi Nakamoto trascendería los límites de la propia red Bitcoin, y acabaría dando lugar a toda una industria financiera en torno a una nueva categoría de activos: las criptomonedas.
Si quieres entender cómo funcionan, y descubrir las principales categorías en que se agrupan, sigue leyendo.
Blockchain
El blockchain es la tecnología que hace posible el funcionamiento de la gran mayoría de criptomonedas. Se trata de un “ledger” o libro contable distribuido, en el que se registran todas las transacciones que tienen lugar en una red pública y descentralizada. El término “blockchain” -en español, “cadena de bloques”-, proviene del hecho de que dichas transacciones son agrupadas y registradas en bloques, por parte de unos nodos especializados denominados mineros.

Los mineros no están solos, sino que se ven acompañados por decenas de miles de pares que se encargan de verificar que las transacciones añadidas en los bloques respetan las reglas del protocolo y, por lo tanto, no se ha incurrido en situaciones de doble gasto.
Para que los nodos se pongan de acuerdo respecto a la validez de las transacciones añadidas en los bloques, se utilizan mecanismos de consenso que podemos dividir en dos categorías:
Proof of Work: en un protocolo PoW -como Bitcoin-, los bloques son creados por nodos mineros que compiten por la resolución de puzzles criptográficos, destinando para ello una enorme cantidad de potencia computacional.
Proof of Stake: en un protocolo PoS, los bloques son creados por nodos validadores que deben tener una determinada cantidad de la criptomoneda nativa de la red en “stake” (bloqueada en depósito), y que en lugar de competir mediante una gran cantidad de potencia computacional, son escogidos por el algoritmo de forma pseudoaleatoria.
Los nodos mineros de PoW y los validadores de PoS son recompensados por su trabajo de dos formas:
Mediante la emisión de nuevas unidades de la criptomoneda nativa de la red.
A través de las comisiones que deben pagar los usuarios cada vez que realizan una transacción.
Categorías de criptomonedas
Es importante tener en cuenta que no todas las criptomonedas tienen la misma proposición de valor, y que, por lo tanto, las redes blockchain en que se basan pueden haber sido diseñadas para ofrecer funcionalidades distintas. A continuación, enumeramos algunas de las principales categorías de criptomonedas que podrás encontrar en el mercado:
Commodities/pagos digitales
Agrupa a la mayoría de criptomonedas de tipo Proof of Work, junto con activos basados en otros mecanismos de consenso, que comparten el hecho de actuar como formas de dinero digital. Existe cierto debate sobre si su uso primario debe ser el de los pagos digitales o el de ejercer como reservas de valor.
Bitcoin (BTC), que es con muchísima diferencia el principal activo de esta categoría por capitalización de mercado, número de nodos y direcciones activas, ha optado por convertirse en una forma de oro digital -privilegiando su dimensión como reserva de valor. Mientras que Litecoin (LTC), DogeCoin (DOGE) y algunos de los cientos de “forks” de Bitcoin -como Bitcoin Cash (BCH)-, parecen apostar por ser un medio de cambio.
Dentro de esta categoría también encontramos activos como XRP o Stellar (XLM), basadas en mecanismos de consenso alternativos a PoW, que aunque presentan un grado de descentralización menor, son óptimos para los pagos digitales.
Plataformas de smart contracts
Otra de las categorías más importantes es la de las criptomonedas nativas de plataformas de smart contracts.
Los smart contracts son programas informáticos, que funcionan como contratos que se ejecutan de manera automática, cuando se cumplen una serie de condiciones establecidas de antemano. Por lo general, dichos contratos inteligentes controlan la ejecución autónoma de ciertas transacciones, así como la transferencia de activos digitales entre las distintas partes involucradas.
Los smart contracts son la base sobre la que se programan DApps -aplicaciones descentralizadas-, que abarcan campos tan diversos como el de las finanzas descentralizadas -DeFi- o el de los coleccionables digitales y el gaming.
Ethereum (ETH) es la principal plataforma de smart contracts, y la segunda criptomoneda por capitalización de mercado tras Bitcoin (BTC). Una de las peculiaridades de los smart contracts es que para ser ejecutados requieren gas -concepto que se utiliza como medida del coste computacional de cualquier transacción en Ethereum.
La segunda plataforma de smart contracts más importante -en base al número de DApps, volumen de transacciones diario y número de direcciones públicas activas- es Binance Smart Chain (BSC). Al tratarse de una blockchain compatible con la Ethereum Virtual Machine, resulta muy fácil para los desarrolladores trasladar proyectos a BSC, sin tener que renunciar a la infraestructura de Ethereum -un ejemplo sería el monedero MetaMask. En Binance Smart Chain, el gas necesario para ejecutar cualquier transacción o activar un smart contract se paga en BNB, por lo que dicho activo cumple la misma función que ETH en Ethereum.

Otras plataformas de smart contracts destacadas son Polkadot (DOT), Cardano (ADA), EOS (EOS) y Tron (TRON).
“Utility Tokens” y tokens de gobernanza
Hablamos de utility tokens y tokens de gobernanza para referirnos a las criptomonedas de protocolos que no disponen de su propia blockchain, sino que han sido programados en alguna plataforma de smart contracts.
Es una categoría un tanto ambigua que engloba activos con proposiciones de valor dispares. Hablamos de utility tokens, cuando el token es requerido para ejecutar algún tipo de función -por lo general actúa como una garantía para evitar que los participantes incurran en actividades maliciosas. Mientras que los tokens de gobernanza se emplean, valga la redundancia, para gobernar y controlar el desarrollo de los protocolos a que están vinculados.
Entre los utility tokens más destacados se encuentra Chainlink (LINK), un protocolo que funciona como un sistema de oráculos descentralizado, que obliga a los participantes a depositar una garantía para evitar que difundan datos erróneos de forma deliberada o no. También BNB se considera un utility token, ya que aparte de servir para pagar el gas en la plataforma de smart contracts Binance Smart Chain, permite obtener descuentos en las comisiones de trading de Binance.com.
Por su parte, los tokens de gobernanza son habituales en muchos protocolos del ecosistema DeFi (finanzas descentralizadas). Estos protocolos ofrecen todo tipo de servicios financieros, accesibles desde cualquier rincón del mundo de forma no permisionada -ya que no requieren de la intervención de ninguna autoridad central que actúe como intermediario. Algunos de los principales protocolos DeFi de Ethereum que cuentan con un token de gobernanza son: Uniswap (UNI), SushiSwap (SUSHI), Maker (MKR), Yearn (YFI) y Compound (COMP). Mientras que en el ecosistema DeFi de Binance Smart Chain, destacan PancakeSwap (CAKE) y Venus (XVS).
Otras categorías de criptomonedas
Stablecoins
Las stablecoins, criptomonedas estables ligadas por lo general a la cotización de una divisa fíat, merecen una categoría propia por su enorme relevancia y volumen de mercado. Las stablecoins juegan un papel muy destacado en el ecosistema DeFi, pero también en los exchanges centralizados tradicionales, ya que constituyen la moneda base de referencia de numerosos pares tradeables.

Existen dos tipos principales de stablecoins:
-Colateralizadas on-chain: son stablecoins que se crean a partir de posiciones de deuda colateralizadas (CDPs), que entrañan el depósito de otras criptomonedas. Ejemplo de ello serían DAI -de MakerDAO, con base en Ethereum-, o VAI -de Venus, con base en Binance Smart Chain.
-Colateralizadas off-chain: son stablecoins en las que cada unidad emitida está respaldada por una unidad de la divisa fíat de referencia, depositada en una cuenta bancaria. Un ejemplo sería Binance USD (BUSD), una stablecoin ligada a la cotización del USD, aprobada por el New York State Department of Financial Services (NYDFS) y emitida en colaboración con Paxos.
NFTs
Los NFTs o tokens no fungibles son activos digitales que presentan metadatos y códigos de identificación que los hacen únicos -a diferencia de la mayoría de criptomonedas y tokens, que son fungibles, lo que significa que sus unidades son indistinguibles y por lo tanto intercambiables entre sí.

Los NFTs son perfectos para representar activos del mundo real -mediante un proceso denominado tokenización-, o para representar activos nativos de la blockchain, pero de naturaleza única -como los coleccionables digitales o las obras de criptoarte, sector que se encuentra en pleno auge.