Hoy, Jamie Dimon, director ejecutivo de JPMorgan Chase, compartió sus opiniones sobre la inteligencia artificial (IA), el estado de las ofertas públicas iniciales (OPI) y las políticas de la Reserva Federal durante una entrevista con Lisa Abramowicz de Bloomberg en la conferencia JPMorgan Tech Stars Conference en Londres. Dimon, conocido por sus opiniones sinceras sobre los mercados globales, brindó una profunda mirada a sus perspectivas sobre el panorama tecnológico actual, las políticas macroeconómicas y cómo las empresas deben adaptarse a un mundo en evolución.

Dimon comenzó destacando la importancia histórica de los avances tecnológicos. Según él, la tecnología ha estado dando forma a las sociedades humanas durante siglos, y citó ejemplos como la imprenta, las máquinas de vapor, la electricidad e Internet. Dimon describió la IA como “otra ola” de innovación con el potencial de cambiar las industrias en general. Enfatizó que la IA es “real” y tendrá un profundo impacto en muchos sectores, incluido el bancario.

Aunque existen preocupaciones sobre la pérdida de empleos debido a la automatización, Dimon insistió en que los avances impulsados ​​por la tecnología han llevado históricamente a mejores niveles de vida, vidas más largas y una mayor productividad. Dimon señaló que si bien la IA podría reemplazar algunos trabajos, también mejorará otros, en particular al reducir los errores y aumentar la productividad. Fue claro en que "necesitamos encontrar una mejor manera de ayudar a quienes se ven afectados por la tecnología", y enfatizó que la capacitación y la reubicación de los trabajadores serán cruciales para mitigar las consecuencias negativas de la IA.

Cuando se le preguntó sobre el estado actual de las IPO, Dimon reconoció las complejidades. Señaló que, a pesar de los elevados mercados públicos, las empresas han dudado en salir a bolsa. Dimon citó varias razones para ello, incluido el acceso al capital privado y la capacidad de las empresas para reducir sus cargas de efectivo.

Subrayó la importancia de unos mercados públicos sanos y señaló que los capitalistas de riesgo tendrán que liquidar sus posiciones en algún momento. Dimon fue sincero al decir que no prevé un rápido repunte de la actividad de IPO en el futuro cercano y añadió que el panorama regulatorio en Estados Unidos ha dificultado que las empresas más pequeñas salgan a bolsa. Abogó por cambios que reduzcan los costes y las barreras a las IPO, facilitando a las empresas el acceso a los mercados públicos.

En cuanto al panorama post-Brexit, Dimon comentó sobre el sector financiero de Londres, sugiriendo que si bien Londres ha perdido algo de influencia en comparación con Nueva York y otros centros financieros, sigue siendo optimista sobre su futuro. Dimon elogió el enfoque del actual gobierno del Reino Unido en el crecimiento y los mercados de capital, y señaló que el declive podría volverse más permanente sin esas medidas. Subrayó la necesidad de que Europa se centre en iniciativas como la Unión de Mercados de Capital para fomentar el crecimiento y la productividad regionales.

En cuanto a la política monetaria estadounidense, Dimon apoyó la reciente decisión de la Reserva Federal de recortar las tasas de interés en 50 puntos básicos. Reconoció que la inflación está bajando y señaló que la Fed actuó adecuadamente al levantar el pie del acelerador. Si bien Dimon admitió que la magnitud del recorte de las tasas (ya sea de 50 o 25 puntos básicos) podría no importar mucho, sostuvo que fue la medida correcta para ayudar a evitar una recesión.

Al mismo tiempo, Dimon advirtió sobre las presiones inflacionarias a largo plazo debido a factores como los déficits fiscales, la economía verde, la demografía y los posibles shocks en los precios de la energía. Dimon enfatizó que estas fuerzas inflacionarias se manifestarán más tarde y que la Fed debería responder cuando esas presiones se materialicen.

Dimon no evitó hablar de las tensiones geopolíticas que están transformando el panorama mundial. Advirtió que las guerras en el extranjero y los países que actúan en contra de los intereses occidentales presentan graves riesgos para la estabilidad mundial. Dimon subrayó la importancia de una defensa militar sólida y del crecimiento económico para contrarrestar estas amenazas.

En su opinión, la situación geopolítica ha creado un entorno más volátil para los mercados. Expresó su preocupación por los posibles efectos a largo plazo de los conflictos mundiales sobre la inflación, las cadenas de suministro y el crecimiento económico. Dimon señaló que las empresas deben estar preparadas para una amplia gama de resultados, desde picos de inflación hasta la falta de crecimiento, dependiendo de cómo evolucione el panorama geopolítico.

Dimon también se refirió al creciente déficit de Estados Unidos, al que describió como una fuerza inflacionaria que los responsables de las políticas tendrán que abordar más pronto que tarde. Comparó la situación actual del déficit con la de los años 1980, haciendo hincapié en que la relación deuda/PIB de Estados Unidos es ahora mucho mayor. Dimon pidió un esfuerzo bipartidista, similar a la Comisión Simpson-Bowles, para abordar el déficit antes de que alcance niveles insostenibles.

Uno de los momentos más personales de la entrevista se produjo cuando le preguntaron a Dimon por qué no había respaldado a ningún candidato en las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos. Dimon explicó que, si bien votará, tradicionalmente se ha abstenido de respaldar a ningún candidato. Expresó su opinión de que el próximo presidente debería priorizar la competencia y la eficacia en el gobierno y sugirió que la mitad del gabinete debería estar formado por líderes del sector privado.

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