Navegar la corriente: una entrevista a Moxarra, artista NFT

2022-08-10

Me encuentro con Moxarra por la noche. “Soy diurno en mi rutina de trabajo y me queda mejor si nos vemos más tarde” contesta al mensaje directo que le envío por Twitter para agendar un encuentro. Si hablamos de una escena del arte digital y, en específico del cripto art en México, sin duda en la conversación tiene que aparecer Moxarra.

Oriundo de San Luis Potosí, Moxarra –apodo que le puso su hermano mayor y que se quedó como impronta de su firma–tiene una trayectoria en la que se combinan la teoría, la práctica y la concatenación de azares que permiten que un artista de esta talla hoy sea de los más importante de México en su disciplina. Estudió artes visuales en la Universidad Autónoma de Nuevo León, donde retomó la pintura al óleo, acrílico y grafito en medio de conversaciones en el aula que aseguraban que dichos espacios para la creación artística, más bien habían muerto. “Mis maestros me veían con extrañeza, ya que me decían que esas técnicas ya no tenían lugar. Estaría bueno ver qué opinan ahora”. Trabajó en periódico, donde ejercitó el dibujo al tiempo que también se sumergía en la reflexión de la nota roja. “La muerte siempre ha sido un tema de mi interés. Desde el costumbrismo mexicano y su celebración en festividades como el día de muertos, como también la observo como punto de partida de muchas reflexiones sobre la condición humana”. Sin embargo con la irrupción y abierta declaración de la Guerra contra el Narcotráfico del gobierno mexicano optó por acercarse a distintos territorios de reflexión y creación. “Empecé a cubrir eventos en donde la violencia comenzaba a subir de tono de manera muy elevada. Al mismo tiempo, como cualquier artista que quiere abrirse camino, mandaba mi portafolio a distintas galerías”. 

Hay ocasiones en donde la máxima tan utilizada de “que la suerte te agarre trabajando” tiene un sitio legítimo en la conversación. Más allá de que se hubiese cumplido al pie de la letra, es verdad que el azar se materializó en un anuncio de Facebook en donde Moxarra vio escrita la palabra DaDa. “La comunidad siempre ha sido una parte muy importante de mi trabajo. En aquel momento mi vida giraba alrededor de estar sentado en un escritorio dibujando para el periódico y vi que DaDa era una plataforma que posibilitaba un diálogo compartido de dibujo coral. Desde ese primer encuentro fue que comencé a encontrar una red de personas que se fueron interesando en mi trabajo. Siempre hubo un espacio interesante de intercambio en espacios como Twitter, por ejemplo”. DaDa es una plataforma digital  en donde dos o más personas de todo el mundo pueden conectar y dibujar, como si se tratara de un “cadáver exquisito”, de manera muy sencilla gracias a las herramientas de la plataforma. Actualmente, DaDa tiene más de 130,000 dibujos que conforman la colección más grande de rare digital art del mundo. Asimismo se trata de una de las plataformas pioneras en la tokenización de contenidos como NFT.

La obra de Moxarra construye puentes con referencias pictóricas clásicas, renacentistas, modernas, de arte figurativo, como también se acerca a periodos y grupos como el que conformó Andy Warhol en The Factory. En la conversación que mantenemos me cuenta de artistas a los que suele volver con frecuencia como Velázquez, Leonardo da Vinci, Caravaggio, Rembrandt, Duschamp (por supuesto) Lichtenstein, Sylvia Ji, Natalia Fabia… Al tiempo que seguimos la cartografía de artistas y obras que conforman la galaxia de su imaginación también es importante recalcar que Moxarra forma parte de un grupo al que, el también artista cripto Carlos Marcial, jugó con bautizar como una especie de “Nuevo Muralismo”, ya que junto con Neurocolor, Mr. Monk, Carlos Marcial y el propio Moxarra definieron una manera de sumergirse en la materialidad digital para pintar.

Mucho más allá de tratarse de piezas minteadas en una blockchain, o mucho más allá de tener rasgos pictóricos que los confirmen como grupo, estos artistas comparten la condición de ser de los primeros en acercarse a la elaboración de obras a través de cadenas de bloques, así como también se alejan de la lógica del arte generativo que nos remite a los famosos Apes o los Robotos, en el contexto contemporáneo mexicano. La obra y postura de este grupo trae consigo una técnica muy trabajada junto con un acercamiento agudo a la tecnología de blockchain. “En el 2020, nos reunimos en la Bitcoin Embassy, motivados por Carlos Marcial para mintear una serie. En ese momento en el que coincidimos fue que Marcial hizo ese comentario que, entre broma y sentencia, entendía muy bien el momento que atravesamos. “Me siento como cuando se hablaba del Muralismo en México”, nos dijo a todos Marcial… Fue un momento muy lindo, la verdad”. 

Antes de terminar nuestro encuentro le pregunto si hay alguna pregunta que no le hayan hecho que siempre le hubiese gustado escuchar. “No sé si es una pregunta” me contesta después de meditarlo con calma, “pero sí que me llama la atención entender, por ejemplo, la postura de familia y amigos que en un principio, cuando les empecé a contar hace más de diez años que estaba vendiendo mi obra en cripto, me veían con ojos de extrañeza. Conforme ese universo irrumpió me reconocían como “el que hablaba de ese dinero mágico hace muchos años”. Durante la investigación para realizar este perfil me encontré con uno de los artículos fundacionales sobre el cripto art realizado por el importante crítico de arte Jason Bailey. En el ensayo, Bailey retoma la obra de Moxarra como fundamental en la columna vertebral de dicha disciplina. “Sin duda es uno de los highlights de mi carrera. También representó un momento para acercarme a más coleccionistas y personas que se comenzaron a interesar más en mi trabajo”.

Moxarra es un artista que se mece en un espectro amplísimo de manera brillante. Desde referencias clásicas en un cánon estético hasta la reflexión de momentos y postales contemporáneas que podríamos meter en una lógica del pop-art, Moxarra ha encontrado un espacio de intercambio sumamente provechoso con una comunidad digital que no deja de crecer. A propósito de ese diálogo es importante mencionar que Moxarra es también uno de los coleccionistas más potentes de arte digital en el medio. “Tengo la intención de inaugurar en algún momento un museo para exponer las piezas que he comprado a lo largo de los últimos años”.  Mientras redacto esta entrevista pienso en los impulsos artísticos que han llevado a Moxarra a estar en el sitio que merece. Más allá de tratarse de un artista que dibuje con una idea preconcebida, ya imaginada, se trata de un artista que escucha con atención su entorno, siente con aguda sensibilidad la corriente, y en función de eso se sumerge en la creación de una pieza, como quien navega con destreza el tubo que genera una ola en el mar.

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